Ayer, como todos los días, mi tío Jesús se fue con dos o tres amigos a tomar el sol a un banco del molino de la sociedad albalatino. Allí pasaban todas las mañanas entre conversaciones, afirmaciones y sentencias, compartiendo setenta y tantos años a las espaldas : que poca agua que baja por el brazal, mira la chica del Agustín que grande que está, poco aceite tendremos con todo lo que ha helao este año, pues mi nieta festeja con uno de Andorra...
Pero ayer, en ese mismo banco, vino la muerte a buscarlo y se lo llevó. Con el frío apretando, el sol de cara, las junqueras y los sauces silbando y el ronroneo del Martín a sus pies... se quedó dormido en un descanso eterno.
A primera hora del día, cogía un tren rumbo a La Puebla de Híjar. Una vez allí, me he metido en "La Rosa" a echar un café mientras esperaba a mi hermano. La Rosa, acodada en la barra, comiendose un tazón de leche lleno de migas de pan, tiene la destreza y la sabiduría que sólo dan los años de experiencia, movimientos precisos, memoria abrumadora y mala ostia. En su casa, como no podría ser de otra manera, la sartén por el mango la tiene ella. Y entre monos, carajillos y botas sucias, la vida daba las vueltas necesarias para engrandecer la conversación más trivial:
"El Zaragoza este año no sube, que te lo digo yo, menuda cuadrilla de esgarramantas..."
"Cuando tabicas, si te fijas en la rebaba del cemento, te pues dar cuenta de si está bien fraguau u no. Si le pegas un estacazo y salta, es que la arena no tenía el calibre suficiente pa ese cemento, pero si le pegas y no salta, es que la arena es güena... Si es que ahora el cemento es to química..."
"Moreno, que me han dicho que has grabau una película... Esta noche la veré con la mujer, a ver si es güena..."
"Echame una gotica coñac al café que con esta cierzera necesito gasolina"
"Carmeloooooo¡¡¡ ponme un cola-cao pero sacamelo en puchero"
"El otro día ví una película y salía el Obama éste... tanta ostia y aquí no tenemos una perra"
A veces, cuando te paras a pensar en las cosas que echas de menos, te das cuenta de que siempre son las más sencillas, y que lo que te hace feliz está al alcance de tu mano. A veces las cosas más pequeñas son las más grandes.
Sergio
3 comentarios:
La grandeza de las tabernas se escribe con letras de vaso sucio y olor a tabaco.
Cuídate tocino.
El Mestizo
Sin duda Sergio, un abrazo
Manuel
Te acompaño en el sentimiento, un abrazo.
P.D. Si algun dia hago una pelicula la primera y la ultima escena seran en "La Rosa"
Salud.
Bizén.
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